Crea tu propuesta de valor como terapeuta:

el paso que diferencia tu práctica virtual

Psikalia Entorno

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En un entorno cada vez más digital y competitivo, no basta con “estar en línea”: es necesario dejar claro qué te hace único como profesional y por qué alguien debería elegirte a ti.

Si ya diste el paso hacia un consultorio virtual, ahora es el momento de construir una propuesta de valor clara, auténtica y orientada a quienes quieres ayudar. Esta herramienta no solo te diferencia, sino que le da coherencia y dirección a toda tu práctica.

¿Qué es una propuesta de valor en el contexto terapéutico?

Tu propuesta de valor es la respuesta a una pregunta clave:
¿Por qué un paciente debería elegirte a ti —y no a otro terapeuta— para acompañarlo en su proceso?

No se trata de ser mejor que los demás, sino de ser claro, honesto y específico sobre:

  • A quién atiendes.
  • Cómo trabajas.
  • Qué resultados o beneficios ofreces.
  • Qué te diferencia.

¿Por qué es importante tener una propuesta de valor clara?

Te mostramos una fórmula práctica para trabajarla:

1. Define a quién ayudas
¿Con qué tipo de personas trabajas mejor? ¿Quiénes se benefician más de tu enfoque?

Ejemplos:

  • Adultos con ansiedad social.
  • Padres con hijos pequeños.
  • Jóvenes LGBTQ+ en transición de vida.

2. Identifica el problema que resuelves
¿Qué situaciones, emociones o conflictos acompañas? ¿Qué buscan tus pacientes cuando llegan a ti?

Ejemplo:

  • Dificultad para poner límites.
  • Crisis vocacional.
  • Duelo afectivo.

3. Explica cómo lo haces
¿Qué método, herramienta o marco teórico te guía? ¿Cómo es tu estilo terapéutico?

Ejemplo:

  • Terapia centrada en el apego.
  • Enfoque cognitivo-conductual con psicoeducación.
  • Trabajo integrativo con enfoque humanista.

4. Nombra el resultado deseado
¿Qué logros o cambios pueden esperar tus pacientes con tu acompañamiento?

Ejemplo:

  • Recuperar autoestima.
  • Tomar decisiones desde la claridad emocional.
  • Aprender a gestionar la ansiedad.

Fórmula resumida:


“Ayudo a [público] que enfrenta [problema], a lograr [resultado], a través de [método/enfoque].”

 

Ejemplo concreto:

“Ayudo a adultos jóvenes que se sienten estancados o confundidos con su rumbo de vida, a reconectarse con sus metas y desarrollar claridad personal, mediante un enfoque integrativo de autoconocimiento profundo.”

¿Dónde mostrar tu propuesta de valor?

Una vez definida, intégrala en todos tus espacios digitales:

  • Perfil profesional (en tu directorio o sitio).
  • Redes sociales (bio de Instagram, LinkedIn, etc.).
  • Página de bienvenida de tu consultorio virtual.
  • Materiales de difusión (flyers digitales, presentaciones, blogs).

No temas repetir tu propuesta de valor: la coherencia y la consistencia construyen confianza.

Conclusión

Tener un consultorio virtual es solo el primer paso. Lo que realmente te posiciona y te diferencia es la claridad con la que comunicas lo que haces, para quién lo haces y por qué lo haces.

Tu propuesta de valor no es un eslogan vacío: es la expresión auténtica de tu estilo terapéutico, tu vocación y tu compromiso con el bienestar emocional de las personas que acompañas.

Si aún no la has definido, hoy es un buen día para empezar.

¿Por qué es importante tener una propuesta de valor clara?

1. Atraes a los pacientes adecuados.

Cuando comunicas con precisión tu enfoque, estilo y especialidades, los pacientes pueden identificarse fácilmente contigo. Esto favorece que te contacten personas con quienes puedes hacer un verdadero “match terapéutico”.

Una propuesta de valor clara filtra, orienta y conecta.

 

2. Estructura tu consultorio virtual

Tu propuesta de valor puede guiar decisiones como:

  • El tono de tu perfil profesional.
  • Los servicios que ofreces (sesiones individuales, talleres, guías).
  • La forma en que describes tus sesiones.
  • Los contenidos que compartes en tu blog o redes.

Todo parte de esa base: ¿qué ofreces y a quién quieres llegar?

 

3. Te ayuda a destacar en un entorno digital saturado

En internet, los pacientes comparan perfiles antes de elegir. Tener una propuesta vaga como “Psicólogo con experiencia en ansiedad y estrés” no dice mucho.

En cambio, un mensaje como:
"Acompaño a mujeres que enfrentan cambios vitales importantes a recuperar claridad, fuerza interna y equilibrio emocional a través de la psicoterapia centrada en emociones"
sí genera impacto, claridad y recordación.

 

4. Aporta seguridad al paciente

Una persona que está por iniciar un proceso terapéutico necesita sentirse en buenas manos desde el principio. Al leer tu propuesta de valor, puede percibir que:

  • Sabes lo que haces.
  • Estás enfocado/a.
  • Comprendes su problemática.
  • Tienes un enfoque que se ajusta a su necesidad.

Eso disminuye la ansiedad del primer contacto y aumenta la probabilidad de agendamiento.