Aceptar un camino diferente

Aceptar un camino diferente

“Al principio, me negué a aceptar que necesitaríamos ayuda. Me obsesioné con la idea de que todo fuera natural, como lo había imaginado. Pero mi orgullo, vergüenza y miedo a aceptar que no todo es como lo planeado, me impedían comenzar a hacer algo diferente y dar el siguiente paso”


El comentario anterior es muy común escucharlo cuando una pareja lleva años intentando ser padres y esto no se logra. Pero Infertilidad no quiere decir que sea imposible.
La infertilidad se refiere a la dificultad de concebir tras un año de relaciones sexuales sin protección, aunque suele confundirse con esterilidad, no es lo mismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad es considerada una enfermedad debido a sus efectos físicos, emocionales, psicológicos y sociales.
Se le llama infertilidad primaria, cuando una mujer nunca ha logrado el embarazo y se le llama infertilidad primaria, cuando una pareja que anteriormente concibió ya no puede hacerlo. En latinoamérica, aproximadamente entre el 10% y 15% de la población enfrenta problemas de infertilidad. De ese grupo, se calcula que hasta el 60% recurre a tratamientos de reproducción asistida.

Algunos efectos

La infertilidad puede llevar a la pareja a vivir una experiencia similar a un duelo, ya que implica la pérdida de un hijo deseado y de la capacidad reproductiva. Estos sentimientos pueden tener un impacto negativo en las áreas personal, social y laboral de la vida de quienes lo experimentan.
Es un camino de altibajos emocionales que perduran a lo largo del tratamiento y, en algunos casos, incluso después de que la mujer logre quedarse embarazada.

Algunas de los efectos más comunes en este proceso son:

  • Incredulidad: La mayoría de las parejas no creen que les esté pasando a ellos , ya que eso requiere un cambio de plan de vida, y el plan de tener un hijo se ve muy lejano o se derrumba en ese instante.
  • Negación: En vez de aceptar la situación, algunas parejas niegan el problema, lo que puede ser perjudicial si esta actitud se prolonga en el tiempo.
  • Culpa: Muchos pacientes sienten culpa por acciones pasadas que creen pudieron haber causado la infertilidad. En las parejas, esto puede generar tensiones, especialmente cuando uno de los miembros es el “culpable” de la infertilidad.

Aceptar la infertilidad es un proceso y, muchas veces, doloroso. Cuando te has imaginado cómo sería concebir de manera natural y no se logra, es un duelo. Y pone a prueba tus expectativas, tu sentido de identidad, y puede incluso afectar a tu relación de pareja.
Dar el paso hacia realizar tratamientos de fertilidad puede sentirse como una pérdida de ese sueño inicial, por el contrario es el siguiente paso para abrirse a un posible embarazo.

Conclusión

La infertilidad es una experiencia compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo, no solo desde un punto de vista físico, sino también psicológico y emocional. Por lo tanto, se recomienda un seguimiento multidisciplinar y continuo. La psicoterapia juega un papel crucial en mejorar la calidad de vida y ayudar a las parejas a afrontar los retos que implica la infertilidad y los procesos de fertilidad.
Es esencial reconocer la importancia de cuidar la salud mental a lo largo del proceso de diagnóstico y tratamiento, ya que el bienestar psicológico y emocional influye directamente en los resultados y en la capacidad de adaptación de las parejas a esta situación.

Lizette Pizano Moreno

Terapeuta Perinatal Centrada en Soluciones